¿La música es buena para estudiar?

¿La música es buena para estudiar?

Seguro que has escuchado en más de una ocasión que la música tiene un impacto positivo a la hora de estudiar. 

Diversos estudios han demostrado que, lejos de distraer, la música genera efectos favorables tanto en nuestro cerebro como en nuestro cuerpo, activando al mismo tiempo los hemisferios izquierdo y derecho.

Según estos estudios, la activación paralela de los dos hemisferios puede maximizar el aprendizaje y mejorar la memoria en algunos casos. Pero, ¿esto es realmente así? ¿Escuchar música mientras estudias puede ser beneficioso?

Beneficios que puede aportar la música

A lo largo de los años, se han iniciado estudios para comprobar la relación que existe entre el lenguaje musical y las emociones que genera este para memorizar y aprender contenidos.

Estudiar con música implica beneficios emocionales, y el cerebro se sitúa en un estado idóneo para poner en práctica la tarea de memorizar. Es más, cuando el cerebro está trabajando con música, se acostumbra a unos ritmos que lo predisponen a poner más atención sobre un contenido.

La música puede tener efectos tanto positivos como negativos, dependiendo del estudiante y del tipo de música que se escucha.

Un estudio realizado por la revista Learning and Individual Differences demostró que los estudiantes que habían realizado una hora de clase con música clásica sonando de fondo sacaron mejor nota en un examen que el grupo que recibió la clase sin ambiente musical.

La conclusión de esta investigación fue que la música fortalece el ánimo y nos hace más receptivos a la información.

Por esta razón, desde EducaFP queremos profundizar en los beneficios que puede reportar la música en las horas de estudio.

1. Implica beneficios emocionales

El lenguaje musical y las armonías hacen que el cerebro humano disfrute, y esto es positivo en el proceso de aprendizaje. Realmente no hay una música determinada para estudiar y concentrarse, pero la melodía que utilicemos para estudiar debe tener un vínculo con la persona, ya que de este modo, el cerebro hace asociaciones.

Si por cualquier razón una canción tiene un vínculo con la historia de una persona, se puede llegar a un estado de relajación óptimo, siempre y cuando dicha canción sea de nuestro agrado. ¿Por qué? Porque, en este caso, tanto el hemisferio derecho como el izquierdo se unen con fuerza, y por lo tanto, nuestra capacidad para memorizar una lección es mejor.

2. Alivia el estrés de los estudiantes

Escuchar música relajante puede disminuir la presión arterial, así como la frecuencia cardíaca y los niveles de ansiedad de las personas.

El efecto que tiene una determinada melodía en el cuerpo humano es realmente impresionante. Por eso, desde muchos centros de investigación se afirma que no es del todo desaconsejable acompañar una sesión de estudio con un fondo musical. Hay estudiantes que incluso optan por crear una lista de reproducción con una serie de canciones que les ayudan a concentrarse.

3. Mejora la productividad

El efecto que la música ejerce sobre nuestra capacidad para estudiar es diferente en función de la complejidad del temario que debemos aprender.

Existen muchos estudios que han demostrado el valor de la música para mejorar la productividad. Eso sí: solamente en tareas que sean repetitivas o previsibles, ya que en este tipo de casos, la melodía funciona para estimular la actividad mental. 

Cuando las tareas se vuelven más exigentes o no son tan monótonas, la música puede perjudicar más que ayudar. Es por ello que, en las sesiones de estudio más arduas, la presencia de música de fondo es un lastre que debemos evitar.

Inconvenientes de la música

Sin embargo, no todos los estudios afirman que la música sea beneficiosa para estudiar. Como hemos mencionado anteriormente, todo depende de la persona y del tipo de música que se esté escuchando. 

Para algunos estudiantes, es muy fácil que el foco de atención se desenganche del estudio o la realización de operaciones mentales complejas para apreciar la melodía de una canción o los versos que esta contiene. Por ello, también es lícito afirmar que la música es uno de los grandes señuelos ante los que la atención puede sucumbir.

El foco de atención es el modo que tiene el cerebro de orientar los procesos mentales hacia la resolución de unos problemas y no de otros. Cuando estamos concentrados en realizar cualquier tipo de actividad, hacemos que gran parte de nuestro sistema nervioso trabaje para solucionar dicha actividad, pero para ello hay que desatender otras funciones.

El cerebro, a veces, decide de manera inconsciente a qué tipo de actividad atender en primer lugar para focalizar la atención en esos estímulos. Si estamos estudiando al mismo tiempo que escuchando una lista de reproducción, es posible que el cerebro decida poner el foco en las vibraciones producidas por la música y no en la página que tenemos delante para memorizar.

En definitiva, hay personas que no están preparadas mentalmente para llevar a cabo 3 o 4 funciones al mismo tiempo, y en estos casos, es aconsejable trabajar con silencio.

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